Más, ahora, se me ha encomendado esta tarea, además de orgullosa temo ser capaz de poder cumplirla, pues no es fácil encontrar las palabras justas ni utilizar el lenguaje correcto para escribir la vida de un hombre, que no solo dejó estampadas en sus obras las costumbres de su pueblo al que tanto amó, sino que No supo recoger del rico hontanar del alma popular, inmenso material así para su obra teatral como para sus relatos y novelas.
Supo comprender las humildes ambiciones populares, interpretar la recóndi la nobleza que ella posee, traducir los dramas a que conduce a veces el ascenso económico del pueblo y los pasos en falso en que culminan frecuentemente las ansias del progreso en la escala social. ..
Escribir la vida de un hombre es difícil, tal vez lo más difícil. Hablar de la bibliografía de un hombre es como hablar de la vida misma; día y noche; cuerpo y alma; existencia y muerte.
La más extraordinaria biografía de un hombre sería el más pálido reflejo de su vida; muchos son los documentos que se han conservado, cartas y testimonios, a"10 tras año, casi desde su nacimiento, pero difícil es alcanzar la exclusiva verdad sobre todas las circunstancias de la vida de este hombre.
Así como todo lo intrincado anhela la claridad y apetece luz todo lo oscuro; así como las fuentes no manan puras; así escribir una biografía es conquistar la claridad en medio de confusiones. Más aún, si aquella persona de la cual se pretende hablar pertenece aquel tipo humano poco frecuente ya la vez similar a los demás, cuua auténtica capacidad para producir sucesos trascienden tales está concentrada en un plano no muy reducido de tiempo, que tiene una breve pero violenta afloración sentimental no desarrollada a lo largo de toda una vida, sino sólo en el estrecho y abrasador recinto de una pasión única. Escribir y explicar todo lo que un ser humano llevó incrustado en el alma, no es fácil. Compaginar datos, fechas y años, establecer diferencias entre lo escrito y el relato de personas allegadas a él para alcanzar un termino de certeza de su vida y sus circunstancias es laborioso y sólo el orgullo de llevar el apellido Diaz Villamil me reta e impulsa a realizar esta tarea, tal vez la más difícil y más extraordinaria que pueda yo tener. Mis palabras las siento empequeñecidas para poder mostrar lo que fue, es y será Antonio Díaz Villamil, no solamente como escritor, sino como hombre, amante esposo ejemplar padre y cariñoso abuelo. El 13 de Junio de 1886 nacía en La Paz, Bolivia, José Antonio Diaz Villamil, fue bautizado a los dos días de su nacimiento en la Parroquia de San Sebastián de la misma ciudad. Sus padres fueron Porfirio Diaz y María Paz Villamil. Hombre de familia como Perrin Pando, Sagárnaga, Pedro Villamil y Emeierio Villamil de Rada, seguramente legaroen su sangre el ansia impetuosa de enaltecer y contribuir en la historia de Bolivia.
A muy temprana edad se vio privado del amor de su padre, y su infancia se tornó triste, como la de todos los niños que tienen por ventura nacer de dos seres y tener sólo el cuidado y el afecto de uno de ellos.
Fue su madre quien con in igualable valor y bondad crió al pequeño e hizo de él, con seguridad, lo que fue. Fue ella quién lo .formo ricamente en lo moral y espiritual e inculcó siempre el amor de lo creado, de ella aprendió a amar y respetar sobre todo a su patria, tenia predilecto para sus obras posteriores.
Luego que su madre le hiciera dar los primeros pasos, ingresó al Colegio San Calixto, donde se enriqueció del saber leer y escribir; fue n te de poder y creación a lo largo de su existencia. Luego asistió al Colegio Nacional Ayacucho, donde con el correr del tiempo sería profesor de Historia y Geografía.
Ya al terminar el ciclo primario, y cuando tan sólo con taba con diez años de edad, recibió el primer premio, de los tantos que más tarde recibiría en el transcurso de su vida: un ejemplar tamaño bolsillo y empastado en cuero del libro "Imitación de Cristo" de Tomás Kempis, en cuya primera página se puede leer aún: Premio a la aplicación y buena conducta del niño Antonio Diaz Villamil. Firmado: B. R. Arias, Marzo 1910.
Desde pequeño mostraba ya el ímpetu que tenía por el estudio, el trabajo y la investigación. Sus manitas descubrían. hoja tras hoja el maravilloso mundo que se forjaba en aquellos libros de historia y geografía. .
Su mente cruzaba océanos y desiertos para encontrarse con algún héroe legendario y vivir así, aquel pasaje histórico que había leído Año tras año, hacia cobrar vida a las palabras inertes de los libros; los héroes jugaban con él y aquellos países, tan lejanos los conocía, pues por un segundo había vivido con ellos. Aquella historia Universal la había hecho su propia historia; aquella geografía de continentes perdidos y lejanos la había trazado y descrito con su propia alma ... Y cuando en un libro, empolvado por el tiempo, encontró la historia de su propio suelo, se descubrió así mismo. Entonces entendió el porqué de tantas cosas y se enorgulleció de Llamarse "Boliviano". Dejó aquellas fantasías trasatlánticas, tomó la pluma y empezó a escribir.
El 18 de Octubre de 1917 recibía del rectorado de la Universidad de La Paz y a nombre de la Nación, habiendo cumplido plenamente todos los requisitos fijados por las leyes universitarias, el Diploma donde se le confería el grado de Bachiller en Letras. Concluidos sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Ayacucho, ocupando siempre los primeros lugares en su clase ingresó a la Normal Superior en el año 1918, donde también sus cuatro año» de estudio obtuvieron las mejores calificaciones. En 1920 la Federación de Estudiantes llamó a su concurso para elegir una obra teatral que merecería ser representada en la fiesta del estudiante, no con otro propósito que el de cultivar el arte escénico y crear el Teatro Municipal. E/17 de Agosto de ese año, ya en el Teatro Municipal de La Paz, se representó la adaptación escénica de la bella nóvela costumbrista de Armando Chirveches: "La Candidatura de Rojas", premiada en concurso. La interpretación de los mismos universitarios fue un joven alarde de entusiasmo y magnífica intuición de arte teatral por improvisados actores. Atendiendo a numerosos pedidos, se resolvió llevar por segunda vez a escena la preciosa comedia "Candidatura de Rojas", adaptación hecha por los universitarios Antonio Díaz Villamil y Julián V.Montellano, con lo cual la Federación Universitaria ingresaba en una era de florecimiento y Diaz Villamil iniciaba sus actividades teatrales. El mismo año, dando un segundo paso hacia el éxito, escribe la novela "El Tesoro de los Chullpas': obra de profundo realismo con tintes fantásticos de superstición indígena. En 1921, Díaz Viztamil se casa con doña Alicia Troche del Carpio, amor que es bendecido con tres retoños: Leopoldo Gonzalo y Alvaro. Solo la sombra de la muerte separaría los seres que el señor juntó en penas y alegrías, triunfos y derrotas, sueños y realidades.
Ese año, celebrando el trigésimo aniversario de su fundación, el Colegio Militar había preparado distintas actividades. Comenzaron las fiestas el 17 de abril en la noche con una velada literario-musical, en la cual se presentó el drama en tres actos, prosa y original: "La herencia de Caín" de Antonio Diaz Yillamil, que por ese entonces todavía era alumno del Instituto Normal Superior. La presentación estuvo a cargo de los cadetes del tercer año del Colegio Militar, a quienes dictaba cursos y por cuyo. interés e inquietud artística, había escrito la obra. A horas 9:30 a.m., del 17 de diciembre de 1921, en el Instituto Normal Superior de la ciudad de La Paz se instaló el jurado Calificador a objeto de oír la lectura de tesis presentada por el alumno Antonio Díaz VilIamil, de la sección Historia y Geografía, para optar el título de Profesor de Estado de Segunda Enseñanza en provisión nacional . Antonio Díaz Villamil,' versó su tesis sobre la "Colonización de América", la cual fue plenamente aprobada y aplaudida por el Jurado Calificador. El 23 de diciembre, J. Felipe Estrella, Director del Instituto Normal Superior, informaba al Rector de la Universidad Mayor de San Andrés que, el alumno Antonio Díaz Villamil se había distinguido por su laboriosidad, competencia y decisión por el estudio, pues así lo probaban las altas calificaciones que había obtenido a lo largo de sus exámenes finales durante los cuatro años de asistencia a dicho instituto. A partir de 1920, tras la Revolución Política del 20 de Julio, surge en Bolivia también una Revolución en el
Teatro, apoyada por numerosas agrupaciones de jóvenes con un entusiasmo promisorio para el cultivo de las artes; entre ellos cabe mencionar.
El Ateneo de la Juventud de La Paz, que tuvo por objeto principal impulsar las actividades culturales; es así que patrocinó mucho estrenos de obras de autores nacionales y miembros de esa prestigiosa institución nacional entre los cuales estuvo presente Antonio Díaz
Villa mil con :La Voz de la Quena", evocación incaica de la conquista, drama en tres actos, escrito en prosa y original, y que fue presentada por primera vez el 7 de octubre en el Teatro Princesa, iniciando la temporada de Teatro Nacional. La trama de la obra con que Díaz Villamil se inicia tan brillantemente en el Teatro Nacional es por demás interesante, pues se basa en la vida del autóctono, del natural boliviano en épocas de la conquista española, que había sido casi, sino totalmente, ignorado hasta el momento variando la temática teatral del siglo 'Pasado; ajeno a todo aquello llamado "boliviano" para ahondar ahora en los problemas nacionales, tanto sociales como políticos. "La Voz de la Quena" pretende mostrar que de toda la grandeza de los hijos del sol, no queda más que la voz de la quena indígena triste, gemebundo, voz de la raza, voz del pasado ... " (DIARIO; mayo 10; 1922; Fdo. Antonio Díaz Villamil). Digno es pues, que el drama de Díaz Villa mil se cuente entre las primeras obras del teatro boliviano, en el sentido cabal y justo de la palabra. Parte sobresaliente de la obra, es que el autor, da la connotación, al valor del oro para el incario antes de la colonización y en lo que se convirtió con la llegada de éstos. Así en la segunda escena: Calicum, curaca de Hatum-Colla se refiere a él como: "Metal maldito. ¡Extraña golosina! ... ¿ Qué raro conjuro, qué virtud preciada tienes, que así mueves a los que te codician, a tantos crímenes e iniquidades? ... ¡Oro vil¡ fuiste entre nosotros sustancia casi indiferente; hoy me causas repugnancia ...!
Ahora mismo te sepultaría allá, en el fondo del lago para siempre ... Pero no, no puedo destruirte, no puedo negarte, porque así vil y repugnante como eres represen tas la vida de nuestro Rey llevas en tus reflejos seductores el precio de nuestra libertad. ¡Si, debo conservarte, aunque el corazón me diga que será causa de muchos crímenes 1I atrocidades! ... ".
El 8 de octubre, al día siguiente de la presentación. Enrique Baldivieso, inspirado en ella, publica en la "Ilustración ", el poema titulado "El dolor de la raza ". dedicado a Antonio Diaz Villamil por el éxito obtenido en su drama "La voz de la quena".
Dos años más tarde, en junio de 1924, la señora Teresa P. De Rua, durante la conferencia en el "Ateneo de la Juventud", se refería a esta obra con las siguientes palabras:
"La pluma de Díaz Villamil, ha puesto un fuerte relieve a figuras, tradiciones, lugares, costumbre y leyendas. Obras como ésta, son un triunfo para el teatro nacional y una seguridad de la consagración de su autor". Posteriormente también incursiona en el cuento, siendo uno de los pocos escritores que escribe para niños con el sabor acertado de lo boliviano, mezclado con la fantasía de lo sobrenatural. En este campo se inicia con su libro "Khantutas", libro de cuentos que encierra el pasado de nuestra raza y su presente a través de un caleidoscopio sentimental.
El inmenso amor a "Su tierra" hizo encontrar a Díaz Villamil la belleza en las cosas ignoradas e incomprendidas, y le hizo concebir obras de de aliento y de profunda delectación artística. Es así como nacen sus cuen tos, plenos de ensueño y realismo como "pedazos de corazón; plenos de perfume y de belleza, como sangrientas khantutas. "Leyendas de mi tierra" también aparece en 1922 al respecto se decía: "No hay leyenda de la tierra nuestra que contada por la diestra pluma de Antonio Díaz Villamil, deje de sugestionar y de despertar en el espíritu muchas y muy bellas ilusiones".
Una de las partes más sobresalientes que escribe en el citado libro, es el referido a la leyenda de la coca, en cuya parte final hace una advertencia para los blancos que probasen la coca, como anticipándose en el tiempo con estas palabras: "Y cuando el blanco quiera hacer lo mismo y se atreviera a u utilizar como vosotros esas hojas, le sucederá todo lo contrario. Su jugo, que para vosotros será fuerza y
de vida, para vuestros amos será vicio repugnante y degenerador; mientras que para vosotros los indios será un alimento casi espiritual, a ellos les causará la idiotez y la locura". También calle destacar la leyenda de la khantuta, por la cual, tiempo después un Decreto del Supremo Gobierno de Bolivia declaraba este emblema incaico, como la flor nacional y la incorporaba a la heráldica del Escudo Patrio. La misma leyenda también sirvió de base para la realización de un film, conjuntamente entre el Instituto Boliviano de Cultura y el Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana, para ser presentado en el lV Seminario Latinoamericano de Teleducación Universitaria, realizada en la ciudad de Caracas, Venezuela, donde obtuvo mucho éxito. A fines del año 22 escribe "El nieto de Tupaj Catari", drama original, escrito en prosa y en cuatro actos, que revive las primeras épocas de la república, cuando los alto peruano, divididos en republiquetas guerrilleras, alimentaban el fuego de la independencia. A comienzos de 1930, el 2 de Abril, se funda en la ciudad de La Paz, la Sociedad Boliviana de Autores Teatrales en cuyo acto toma parte Antonio Diaz Villamil, entre otros, más tarde conocidos como la "Generación del 21". Su principal objetivo fue el de incrementar la producción dramática y la remuneración económica de los autores, que por primera vez recibirían un porcentaje de la entrada de sus producciones. Con el auspicio de la citada sociedad, ellO de mayo, la compañía española de dramas, comedias y variedades, Arrieta Carreras, presentada la obra "El nieto de Tupa], Catari: en el Teatro Princesa de la ciudad de La Paz.
El mismo día, Diaz Villamil, al ser entrevistado acerca de su obra expresaba: "La intención que lleva "El nieto de Tupaj Catari" es mostrar cómo en medio de ese bello sueño de igualdad y libertad que anhelaron realizar los hombres de la independencia al fundar la Patria, flotó desde el primer día de la empresa algo misterioso y fatal que pesa en el alma de nuestra raza. Luego de la obra y tras los aplausos para los que la representaron, el autor fue llamado a escena y recibió los aplausos de la sala, premiándose de este modo su excelente trabajo. El mismo año escribe "El precio de un muñeco", bosquejo dramático en un acto. El27 de mayo de 1924, Bautista Saavedra, Presidente Constitucional de la República, le confiere el título de "Profesor de Geografía General y de Bolivia" del Colegio Nacional Ayacucho. El mismo año el Jurado Calificador del concurso dramático promovido por la Sociedad Obrera F de Mayo concede primer premio, consistente en una medalla de oro, un diploma y la representación de la obra, bajo el auspicio de la Filarmónica, a Antonio Diaz Villamil, bajo el pseudónimo de "ANDIVIRI", por su obra "La Hoguera", "La Hoguera" completa la trilogía que se había propuesto el autor. Primero, con "La voz de la quena" que muestra la época colonial en que los vativos son sañudamente perseguidos por los conquistadores; segundo, "El nieto de Tupaj Catari", que trasunta el periodo del romanticismo y la transición de la colonia a la República y finalmente, "La Hoguera" que condensa ingeniosamente todo el doloroso proceso de la guerra del 79, Y que además tiene la virtud de agitar en los corazones bolivianos el patriotismo adormecido en muchos casos. El16 de Agosto, en homenaje al día de la bandera en el Teatro Municipal, turo lugar la entrega del primer premio al autor de "La Hoguera"; seguidamente se presentó ante el público la obre a la que se premió con nutridos aplausos y se llamó repetidamente al escenario al Sr. Antonio Diaz Vil/amil, ovacionado con cariño entusiasmo. Concluida la representación, don Adolfo Mier, veterano de la Guerra del Pacífico, fue al escenario en busca del autor. "Amigo – le dijo con voz torturada por la emoción – asi ha sido... asi ha sido ... Yo he estado en "San Francisco". y el viejo glorioso al estrecha entre brazos a Diaz Villamil, lloró, lloró amargamente por que había vivido con toda su angustia la dolorosa heroicidad del pasado.
_ Tal vez el llanto del héroe es el más significativo, el más bello triunfo de Díaz Villamil y valió infinitamente más que la clamorosa ovación que le tributó el público. El 21 del mismo mes, la obra fue reprisada en la misma sala con el auspicio del "Ateneo de la Juventud" y tuvo igual o mayor número de ovaciones, tanto para la obra, su representación como para el autor. Tres días después se hicieron dos representaciones más, dedicada la primera a los escolares y la segunda al Ejército Nacional. "La Hoguera: por su médula patriótica, se presentó más de 500 veces y estuvo durante todas ellas, acompañada siempre por el aplauso y el entusiasmo del público. Parece ser que recién se había dado cuenta el indiferente público que las obras nacionales no son malas y tiene el mérito de revelarnos en su argumento un visible estudio psicológico, histórico y filosófico, nacido del espíritu
de observación del autor.
Esto indica que, Antonio Díaz Villamil, egresado del Instituto Superior de La Paz, no quedó en la enseñanza de la geografía e historia patrias. Se reveló muy joven simultáneo dramaturgo y c01nediógrafo de grandes éxitos, pues, tuvo suerte que sus primeras obras teatrales - como ocurrirá con las siguientes - se escenifiquen de inmediato y ganen a la vez el aplauso de casi todos los públicos. examinadores del Instituto Nacional de Comercio en las materias de Geografía e Historia del Comercio. La época de oro del fútbol boliviano fue el de los años comprendidos entre los 20 y los 30 del siglo XX. En esta época la llamada "Generación del 21" alternaba su vida intelectual con el deporte, Díaz Villamil, exponente de aquella época, desde 1924 defendía In valla del Club Universitario y duran te toda su vida practicó aquel deporte. Más tarde presidio la delegación del Club Bolívar que viajó a Chile en 1931 obteniendo muchos triunfos.
A fines de ese año, se aparta de los temas históricos y se vuelca al costumbrismo de su tierra; sus personajes ya no son héroes, sino personas comunes; que se pueden encontrar en cualquier esquina de la ciudad, como nosotros, con amores y odios; con ilusiones y desesperanzas ... En 1925 escribe "La Rosita", drama de costumbres populares en tres actos y un prólogo; considerado como una de las joyas del teatro boliviano .. Un año más tarde, el 31 de agosto de 1925 es estrenada en el Teatro Municipal de La Paz. En la obra, el autor, planten el conJ7icto espiritual ante el deber y el amor, ante la voz de la sangre y la venganza y aquella advertencia del amor que es la palabra más sincera de nuestro corazón. Toda esta trama de carácter sentimental está admirablemente reflejada en nuestro ambiente. La chola, la pobre chola despreciada tal vez incomprendida, es la protagonista de la tragedia que se desenvuelve en medio de todo el complejo artefacto que nos rodea diariamente, la chicheria, el alcotiol, el sentimiento y la verdad ... es así que Rosita al final del prólogo se dirige al público para decirte.
"Vas; a ver aquí la vida que ignoras, o que sabiéndola la menosprecias, como si bajo estos trapos de pobre chola no hubiera un corazón que sabe palpitar por sus odios, sus penas y sus amores. como si esta mujer que tal vez desprecias no tuviera, como la dama que adoras, un alma abnegada y rencorosa, aman te y coqueta. También ¡es
alma de mujer", con esta obra, Villamil deja traslucir cuánto conocía y amaba Bolivia. Captaba el alma popular sencilla a veces y otros enredada, de las clases humilde y cómo actúan en su propio medio al expresar sus ironías, sus odios, sus amores y sus picardías Al respecto se escribió: Villamil cumple pues con la verdadera misión del arte: aprisionar la vida palpitante en las redes de una comedia. Cuando la civilización haya borrado para siempre los trajes y las costumbres, cuando en el fondo continuemos teniendo el alma de cholos, cubiertos ya por el ropaje de la vida moderna, entonces seguirá perduradero con vida virtual.
En Julio de 1926, el círculo de Bellas Artes, le nombra miembro del Jurado Calificador de las obras de teatro presentadas al concurso organizado por dicha Institución. En el mes de agosto. Hernando Siles, Presidente Constitucional de la República, le confiere el título de Director del Colegio Nacional Bolívar de la ciudad de La Paz. Aquel establecimiento vio la luz al calor de las ilusiones juveniles de aquel director y maestro y se vio impulsado por el instinto renovador de aquel corazón que jamás abandonó el anhelo de la lucha clara y leal, Simple y sincera, para dar el ejemplo del verdadero amor a una patria llamada "Bolivia". El 23 de septiembre obtiene el primer premio y medalla de oro en el concurso convocado por el Círculo de bellas Artes para el drama plebeyo en tres actos y en prosa "Cuando vuelva mi hijo", el más humano y elocuente mensaje del efecto paternal, que aún hoy, man tiene vigencia por su carácter aleccionador para la juventud que cerrando los ojos abandona el hogar de los padres en busca de mejores horizontes en tierras extrañas.
En el acta de la Sección de teatro, el jurado calificador opinaba: ... "El dramaturgo con cierto insuperable, ha penetrado tan íntimamente en el alma del bajo pueblo y ha analizado con tanta minuciosidad la trama de su vida que, sin esfuerzo, es espontáneo, la ha llevado a la escena en un hecho diario, simple, sencillo, en el que sin ningún esfuerzo ni artificio, surge el drama amargo y doloroso ... ", "El Diario" comentaba acerca de la obra y de su autor: "Indiscutiblemente "Cuando vuelva mi hijo" no solamente es la mejor obra de Villamil, sino de todo nuestro teatro criollo" En 1928, escribe una novela para ser presentada al concurso "Escobari" y que lamentablemente no pudo llegar a tiempo. A raíz de dicha novela, escribe un esnsayo de carácter pedagógico acerca del tema, y que sirve al mismo tiempo de explicación y razonamiento de la novela titulada "Cariño", Intrincado laberinto de la vida amorosa de un niño. En 1929 se edita el primer volumen del "Curso Completo de Geografía de Bolivia", "Curso de Geografía Física de Bolivia", dedica a los escolares de secundaria e ilustrado con 36 esquemas hábilmente dibujados por él mismo. Desde las primeras líneas de aquella obra, se evidencia que no es un libro más, sino que es una obra de aliento hecha por un verdadero maestro imbuido de patriotismo cabal y constructivo. Más tarde, se editaron los 5 volúmenes restantes de dicho curso: "Curso de Geografía Humana de Bolivia", Curso de Geografía Política de Bolivia", "Curso de Geografía Económica de Bolivia", "Atlas escolar de esquemas geográficos" y "Lecturas Geográficas". Después de un trabajo continuado de tres años, venciendo obstáculos, dificultades que hubieran desanimado al más convencido, el mes de enero de 1930, se estrena la película "Wara-Wara", basada en una de las primeras obras de Díaz Villamil, "La voz de la quena" y dirigida por Velasco Maidana. El 2 de enero de 1930, el Rectorado de la Universidad Mayor de San Andrés, lo designa vocal del Tribunal para el ingreso de los postulante» a la Facultad de Medicina y Ramas Anexas.
El 15 de marzo, e!' nombrado Miembro de la Inspección de Bellas Artes y Espectáculos Públicos. Dos meses más tarde, el 9 de mayo, Dn. José Tamayo, Presidente del H. Consejo Municipal, le confiere el título de miembro del Consejo Municipal de Educación, en octubre, es designado. Delegado Universitario, para recibir las pruebas del fin de curso a los alumnos del Instituto Normal Superior, en el tribunal de Filosofía y Letras. Escrita el mismo año, se estrena "El traje del señor Diputado" por la compañía Tiahuanaco. Comedia ligera en tres actos, con tintes sentimentales y cuya intención bien la define el autor en su dedicatoria, al decir: "Que no es otra cosa que el más puro anhelo de un maestro para alejar a la juventud de las vallas seducciones de la politiquería" y cuyo desenlace es justo y humano. Una bella enseñanza labrada en lenguaje correcto y agradable. Con su publicación se decía: "La publicación de la comedia enriquece la bibliografía nacional con una obra de positivo mérito teatral, la cual con ser de una época actualísima, como dice el autor, pertenece también a épocas anteriores de nuestra historia política y acaso también a los días futuros de esa misma historia ... En 1931 escribe "El diluvio Nacional", farsa escénica en seis cuadros, escrita en colaboración con el doctor Humberto Palza.
El 14 de febrero de 1931 es nombrado profesor de Geografía de Bolivia para los cursos de la Escuela de Guerra. En el mes de abril, Daniel Salamanca, Presidente Constitucional de la República de Bolivia, le confiere el título de. Inspector General de Instrucción Especial. En febrero de 1932, el maestro de Historia y Geografía relata un capítulo de la Historia del suburbio. "Suburbio" es la novela de nuestro arrabal que tiene el encanto de ser bueno y sencillo; polícromo y extravagante; de estrechas callejuelas y casas coloniales. La obra es publicada periódicamente en "El Diario". Iniciada la contienda del Chaco boreal, Diaz Villamil siente la necesidad de hacer conocer a cada boliviano que tuviese interés en leer sus obras, todo aquello que tenga vinculación COI/ aquella guerra. En 1933 escribe "Boquerón" conjuntamente con H. Palza, que sintetiza el pensar boliviano en aquella hora de prueba. En compañía también de Palza, el mismo año, escribe "Canción de Acero", drama patriótico sobre la guerra del Chaco. Los dos autores, conociendo la realidad económica de Bolivia en aquellos tiempos, ceden íntegramente los beneficios de la obra al Hospital Militar, donde se atendía a los evacuados del Chaco. "Canción de Acero" es una pieza de categoría, el argumento de envergadura nos presentaba aspectos no llevados hasta la fecha a la escena nacional. Traduce la congoja que en el momento vive la mujer boliviana, llena de abnegación junto al heroísmo del soldado boliviano" En agosto del mismo año escribe" El Pequeño Estafeta del Chaco" y es representado por los alumnos de "La Salle", colegio donde Diaz Villamil prestaba sus servicios hacía ya 9 años, siendo uno de los fundadores. Respecto de Díaz Villamil se dijo: "Ha explotado una vez más, el intenso tema del patriotismo y del cumplimiento del deber en forma elocuente y amena ... " Con esta obra; obtiene el más impresionante efecto dramático ... "El pequeño estafeta del Chaco", como sin darse cuenta de que estaba muerto, extiende las manecitas ensangrentados al vacía, lazando este trágico grito ¡Mamá!, Mamacita! ... y el frágil cuerpecito desplomado es cubierto por la Bandera. En octubre, es invitado en calidad de vocal del Tribunal examinador a los exámenes de fin de curso de la Academia Nacional de Bellas Artes.
Tal vez por aquel enaltecimiento que siempre quiso hacer a su Patria y que su obra "El pequeño Estafeta del Chaco", llena de orgullo el ser boliviano, el gobierno francés le otorgó una distinción que honra en alto grado al patriótico hombre y a todo boliviano: la insignia de las "Palmas Académicas", en el grado de oficial de la Academia, el 17 de agosto de 1933. El mismo año escribe "Crisol", pieza artística destinada a exaltar el civismo de la retaguardia y a demostrar que la Guerra del Chaco, no obstante su cadena de vicisitudes reafirma los vínculos fraternales de la progente boliviana. G. machicado, escribe ese año: " ... y si la Patria lo llama, no dudamos que se pondrá de pie en la trinchera para defenderla con fusil, como hasta hoy lo hace con la pluma ... ": pero en algo se equivocaba .pues sin ser llamado dejaba sus labores de maestro para cumplir las obligaciones de soldado, y sonriendo feliz con el eterno cigarrillo entre los labios y la conciencia de hombre íntegro, parte tras la gloria y el honor de su Patria en 1934, donde no acalló su espíritu de escritor y periodista, pues dirigió el único medio de comunicación que sirvió de distracción estímulo de valor a los combatientes: "La Trinchera". Un año más tarde, el 18 de julio de 1935, el Ejército Nacional, le confiere la Medalla de Guerra al suboficial Antonio Díaz Villamil, por los servicios prestados en la zona de operaciones, durante la Guerra del Chaco. En 1936 escribe "Retamita"; romance indígena de teatro para niños, que obtuvo el tercer-premio del concurso convocado por los Amigos de la Ciudad. Con esta obra Díaz Villamil también incursiona en el campo del disco, pues esta pieza es grabada en un disco pequeño.
El 27 de marzo de 1936, el ejército de Bolivia lo designa Miembro Tribunal Calificador a Díaz Villamil, para los exámenes de ratificación de grados de los oficiales de reserva, en las materias de Historia Nacional, Geografía de América e idioma nacional. El mismo año escribe "Curso Elemental de Bolivia", 4 tomos, correspondientes a "Los tiempos primitivos, la Conquista y el Coloniaje", "la Guerra de la Independencia", La República, 1825 -1873" Y "La República", 1873, hasta los días del autor. En un libro sin subvenciones, sin divisas, sin autobombos ni prólogos que sólo entrañan ditirambos y frases huecas, Díaz Villamil, lleva a los alumnos de secundaria un alivio para sus estudios y una fuente de consulta imperecedera. En marzo de 1937, el Ministro de Defensa, le ofrece una beca al extranjero para perfeccionamiento profesional, la cual declina, pues prefería estar en el ambiente paceño, dedicado a su constante labor patriótica mediante sus dos actividades: Profesorado y Teatro. Creado como dramaturgo un teatro costumbrista que profundiza más allá de lo típico, llegando a la raíz del alma y angustia de los bolivianos. Y dejando, como profesor a varias generaciones de alumnos, la caja de sorpresas del conocimiento abierta, que enseña los valores imperecederos.
En septiembre del mismo año, la Dirección General de Educación, lo designa Inspector General de Educación Secundaria de la República. En octubre, Germán Busch, Presidente de la Junta Militar de Bolivia, le confiere el título de Profesor de Historia y Geografía del Colegio Militar. El 13 de diciembre de 1937, es nombrado Director General de Instrucción Secundaria, cargo que desempeña solo unos cuantos meses. Dos años más tarde, desempeñó la función de vicepresidente del Consejo Nacional de Educaci6n. En 1940 es invitado a concurrir como Delegado de Bolivia al Primer Congreso de Indigenistas en la ciudad de México ti es nombrado por ello miembro permanente por elección del instituto internacional con sede en la misma ciudad. El mismo año escribe" Muñecas de Bazar" fantasía escénica para niños que estrena el mismo año, la Escuela de Teatro Escolar. El 3 de abril el Presidente de Chile, confiere la Condecoración "Al Mérito", el grado de Comendador a Dn. Antonio Díaz Villamil. El mismo año, el Cnl.. Busch crea la Escuela Nacional de Artes y Diaz Villamil es invitado para regentarla. En 1941, escribe "El Hoyo", comedia en tres actos que fue estrellada en la temporada boliviana del Teatro Municipal a cargo de la Compañía de Carlos Cervantes El tema de "El Hoyo", encara resueltamente una inquietud nacional y un problema tan estrechamente ligado a lo nuestro, que pone de manifiesto el propósito del autor de mostrar nuestros problemas tal cual son. "El Hoyo", divulga, fustiga y condena, el asalto a la riqueza del país, sustraída al exterior por hombres del propio suelo, deseosos de colaborar al "resurgimiento" de la patria.
El tema de la obra es la lucha entre la fuente madre de la vida boliviana que es la producción de la tierra con la eventual extracción de minerales, pedazos de la patria vendidos al extranjero sin beneficio para la población autóctona que es la que denunciar tales actos y expresa: "Se llevan el metal de nuestras montañas y sólo nos dejan el hoyo ... En diciembre de 1924, el Rector de la Universidad mayor de San Andrés, confiere a Diaz Villamil, el cargo de catedrático titular de geografía Física de Bolivia en el Instituto de Ciencias Sociales. En junio de 1943, el Club "Totoyo" le nombra Socio Honorario. El mes de agosto obtiene el segundo premio Municipal
por la novela intitulada "Plebe", firmada bajo el pseudónimo de Juan del Llano. "Desde sus primeras páginas, la novela "Plebe" seduce y atrae al lector, de tal forma que éste no abandona ya el libro sino al llegar a su última página.
Posee el secreto de los grandes escritores que saben poner una inquietud o un interrogante al final de cada capítulo". (LA FRAGUA; agosto 28; 1943). El 7 de noviembre de ese año nace su último retoño: Álvaro Antonio. En diciembre la Alcaldía Municipal lo designa jurado para el concurso de relatos históricos convocado con el deseo de estimular la producción bibliográfica boliviana. El 15 de febrero de 1944 obtiene el primer premio en el Concurso Municipal sobre" El Origen del Ekeko", convocado con motivo de la feria de Alecitas.
El 27 de mayo de 1945, obtiene el primer premio por su obra "El Vals del Recuerdo", convocado por la sociedad 10 de Febrero, en la ciudad de Oruro en homenaje al día de la Madre. También en 1945, obtiene el primer premio del
Concurso Municipal de cuentos con su obra "Tres relatos paceños". En 1946 obtiene el primer y el tercer premio por sus obras "Placido Yánez", y "Hualaychos" respectivamente drama histórico en un prólogo y tres actos, es la acertada interpretación de uno de los episodios más patéticos de la historia boliviana, ocurrida en la ciudad de La Paz. "Hualaychos" revela el cariño con que fue escrita y el amor que el autor sentía por su pueblo. El 21 de mayo de 1946, el centro "Génesis" le confiere el título de socio honorario en mérito a sus relevantes cualidades intelectuales y docentes, otorgándole un diploma de honor.
En junio es designado Profesor de Historia en el Instituto Normal de la Ciudad de La Paz. En enero de 1947 es designado por el Comité Pro IV Centenario de la Fundación de La Paz, Director Coordinador de las Monografías. El mismo año escribe el "Nuevo Teatro Escolar Boliviano" que es declarado texto oficial de teatro escolar para su uso en todas las escuelas y colegios en la República.
En 1948, en el fallo del concurso de novela y biografía, convocada por la H. Alcaldía Municipal se leia La. novela "La Niña de sus Ojos" firmada por "Oculista", es sin duda la mejor. Apunta en ella posibilidad de una gran "novela boliviana, por el vigor de su personaje principal. .. . Años más tarde, Díez de Medina, compara "La Niña de sus Ojos" con la "Chaskañawi" de Carlos Medinaceli, en estas palabras,: "Si la "Chaskañawi" es la novela del blanco vendido por el mestizaje disolvente, "La Niña de sus Ojos" es la novela de la sangre mestiza que no se. da por vencida y sigue luchando en pos de un futuro mejor.
Aún dentro del encuadre grotesco en que actúan Saturnina y Cirineo, los padres de la muchacha, el autor descubre su innata nobleza de sentimientos. Sus personajes no apesadumbran: son seres reales, despojados de vanas filosofías porque para ellos no hay más filosofía que la acción y el deber de cada día .el final lejos del derrotismo deletéreo del libro de Medinaceli, abre un horizonte de esperanza y redención la muchacha, que no pudo aristocratizarse, se entrega al gran ideal de instruir a los indígenas. Podrá ser de mayor elaboración artística "La Chaskañawi", pero :"La Niña de sus Ojos" la supera en contenido humano, en fervor. idealista por el porvenir de las mayorías en el relato cálido y verídico del vivir mestizo".
Diez y ocho años más tarde, Juan Carlos Bassy, la lleva al teatro; sus personajes y sus características son transportados al escenario con toda legitimidad con la que el autor la creó. Todavía hoy, "La Niña de sus Ojos" es considerada la obra cumbre de Diaz Villamil, y lamentablemente su obra póstuma. En marzo de 1948, CJ1e enfermo, como le llevaron el primer ejemplar de aquella obra fresca aún de tinta, la tomó entre sus manos, como en una suprema expresión angustiosa; cama asido a lo vida en aquel frágil acopio de hojas, y pareció acariciarla; era el último fruto de su espíritu; con la misma ternura que aquellas mismas manos habían acariciado a sus tres hijos los frutos de su propia carne Más no tuvo el orgullo de ver impresa la Monografía de La Paz en su IV Centenario 1548 -1948; obra valiosa, acaso el más grande monumento a la cultura de su tierra.
Obra que debería haber inmortalizado al hombre que volcó toda su alma para escudriñar el acervo histórico de la cuenca del C1zoqueyapu y que hm:!a en sus últimos momentos defendió con tesón. En vista a los ataques que se habían dirigido, llamó a su lecho de enfermo al Presidente de los "Amigos de la ciudad" para pedirle que sus tareas de Director Coordinador del concurso de monografía no fuesen abandonadas; y es que en ellas había puesto su pasión intelectual y su inmensa pasión paceñista, y prueba de todo orgullo y embeleso que sentía por su Ciudad, es su introducción que en parte sobresaliente expresaba: "Desde la remota interrogación del origen y grandeza de Tiahuanacu, ya tenemos los paceños un imperativo de estudio, de investigación, para desentrañar el milagro de esa vieja y solitaria cultura.
El alma misteriosa del autóctono es otra incógnita inquietante para los psicólogos y educadores. El trazado de un camino en cualquier dirección del horizonte, no es otra cosa que un alarde de audacia y un desafío a la roca imponente, al principio temible o al furor del río. La construcción de una morada es un gesto de desafío al talud abrupto, a la breña vertical o a la inconsciente arenisca. La urbanización de una calle o de una plaza, es un compromiso a domeñar las fragosas irregularidades del relieve. y de formar un jardín, un esfuerzo de amor. En resumen ser y vivir como paceño, es dar pruebas de especiales energías físicas y morales
obtenidas por virtud de la herencia y por afecto de la porfiada lucha que la impone el diario vivir". La muerte le sorprendió el 21 de marzo; de tanto sembrar en el alma de generaciones, se consumió el maestro. AL morir respiró fuertemente, como si el aire de la muerte diera vigor a su corazón agrietado sobre la gris melancolía de sus sueños desvanecidos, las fugitivas nieblas de marzo se levantaron como un vejamen a través de los cristales de la noche.
Era su cabeza como un nido de ensueño, su corazón como una plegaria de bondad y su espíritu como una constelación de astros. Fue el hombre de la palabra oportuna y escucho con atenta solicitud la música constante de las bellas imágenes de su pueblo y esto es lo que la muerte no podrá acallar un silencio nació en la noche. Y, sin embargo más allá de aquel horizonte, el día estaba aclarando en otros mundos. Hacía estos había partido el hombre que dejo su espíritu en todo lo que escribió. Se había apagado una vida y al mismo tiempo se encendió una estrella en el firmamento de las glorias bolivianas, Y ante su tumba fría, donde se quiebran los rayos del amor y de la esperanza, lo que su espíritu supo crear para siempre, adquiere la perenne fortaleza del bronce. Su muerte enlutó por igual a las letras, al magisterio, al estudiantado y al país todo. Desde la cátedra forjó generaciones y su obra quedó fielmemente en el aula estudiantil. En el campo de la actividad cultural, hay que poner en alto relieve los indices claros de prestigio que logró para el teatro boliviano incursiono también en los. géneros de novela, el cuento, la historia, la geografía, el ensayo literario, el periodismo y la didáctica, teniendo en
todas ellas la mayor aceptación y ovación.
Es de ahí donde arranca la expresión justa que será por siempre perdurable la honrada, patriótica y profunda trayectoria de Diaz Villamil. La educación nacional le debe sus pasos primeros de firmeza y el magisterio, su representación cabal de apostolado y patriotismo. Esto será siempre lo invalorable en la brega cultural del maestro del hombre y del estudioso que dejó la vida para marcharse al descanso eterno. Un día después que el inexorable telón de la muerte se había cerrado delante del alma de Diaz VilIamil se decretó duelo departamental en su homenaje. En el salón de actos del Ministerio de Educación se levantó una majestuosa capilla ardiente. Multitud de Coronas le daban su adiós. El ataúd fue sacado en hombros por los familiares, sus hijos lo escoltaban a la última morada. y con rara unanimidad del pueblo de La Paz formo el doliente cortejo.
Fue llevado al Colegio Nacional Ayacucho , donde Dn. Juan Ramírez, representante del colegio en el inicio de su discurso dio a Antonio Diaz Villamil: "Tu vida fue cómo Una secta roía disparada hacia el sol y sólo podrán seguirte aquellos que tengan estrellas en el alma" ... ¡Cuánta razón tenía aquel hombre! .El cortejo siguió adelante, pasó por las calles Yanacocha y Comercio hasta la plaza Pérez Velasco, donde representantes de cada organización, institución, etc., dijeron palabras de adiós. sus restos fueron inhumados en el Mausuleo de Notables, de acuerdo a una Resolución de la H. Alcaldía Municipal y como el mejor homenaje de La Paz a uno de sus más esclarecidos ciudadanos, quién a su paso por la vida ha dejado una huella saturada de amor al terruño que lo cobijó. "Personalmente nunca dejó de ser un guía, un sembrador de bondad, un amigo al cual nunca se podrá olvidar. Acaso la frase exacta sería decir que tenía el alma blanca, la mano abierta y colaboradora y el consejo sabio a flor de labios" El 23 de marzo, el Centro de Ex Alumnos "La Salle", otorgas el diploma al "Mérito" a Antonio Diaz Viliamil en gratitud a su abnegada labor educacional. El 29 de abril del mismo año, se confiere la denominación del Colegio Nacional "Antonio Diaz Villamil" al establecimiento del ciclo secundario de la ciudad de La Paz; fundado con el nombre de Anexo del Colegio Nacional Ayacucho. Hoy es un colegio enclavado en la zona norte de la ciudad, en un barrio tradicional por su romanticismo, sus peculiares casonas y callejuelas coloniales, nada de lo que en su honor le tributaron parece estar presente. Hasta en aquello textos donde dedicó su vida, se nota el descuido para con la memoria del autor ."una de las cosas más abominables que ocurren en nuestro país es la forma en que muchas veces se publican los papeles impresos destruyendo la obra de los autores ... " Don Antonio murió temprano, aún le quedaba mucho por hacer, su pluma laboriosa quedó rota a un lado y abiertos quedaron muchos libros inconclusos. Su vocación no fue postiza, en él se consustanciaron en unidad feliz y fencunda, el hombre y el maestro. La bondad que lo distinguía en alto grado brotaba de ella misma florecía en él. Así ofreció su mensaje, dedicó su palabra, y esa fue su manera invaluable de servir a su patria.
No fue nunca uno de esos apóstoles de hojalata, gárrulos y pretensiosos, prueba de ello es que rechazó muchas veces invitaciones para ocupar el Ministerio de Educación y la Alcaldía Municipal de la ciudad de La Paz, no por ser soberbia, sino que prefirió quedarse en su labor de maestro, donde serviría mucho más a su patria. Hoy sin embargo, no se le recuerda; un colegio que lleva su nombre, olvidado; una calles desierta; unos libros tal vez no leídos, es todo lo que queda de un hombre que ante todo enalteció el nombre de "Bolivia", suelo que hoy le volcó la espalda colocando su nombre y sus obras en las páginas de algún libro de literatura ...
La Paz, 13 de Junio de 1987
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